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Histórico en la SCJN: Un indígena mixteco asume la presidencia

Claudia Sheinbaum celebra la llegada de Hugo Aguilar Ortiz, indígena mixteco, a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como un hecho histórico.

Ciudad de México, 4 de junio de 2025 — En un hecho inédito que resuena en todo el país, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, celebró públicamente la designación de Hugo Aguilar Ortiz, un abogado indígena mixteco originario de Oaxaca, como próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Este nombramiento representa un avance histórico en la representación de los pueblos originarios en los niveles más altos del poder judicial mexicano.

Durante su conferencia matutina —rebautizada como “Las mañaneras del pueblo”—, la mandataria expresó su entusiasmo por el nombramiento:

“Me da mucho gusto (…) Es un muy buen abogado, con un amplio conocimiento no solo en temas de pueblos originarios, sino en derecho en general. Es un hombre modesto, sencillo, con enorme inteligencia y sensibilidad social”.

Una figura con raíces y compromiso

Hugo Aguilar Ortiz, de 54 años, es originario de la Sierra Mixteca oaxaqueña. Su trayectoria jurídica ha sido notable, combinando el conocimiento profundo de las leyes mexicanas con una visión arraigada en los derechos colectivos de las comunidades indígenas. Ha trabajado durante décadas en defensa de causas agrarias, autonomía indígena y justicia social, y su ascenso al máximo tribunal del país ha sido considerado por analistas como “un parteaguas en la historia del derecho en México”.

Un momento simbólico y estructural

La designación de Aguilar Ortiz a la presidencia de la SCJN no solo representa una victoria simbólica, sino también un giro estructural en el sistema judicial. Por primera vez, un indígena originario presidirá el máximo órgano del Poder Judicial, lo cual genera expectativas sobre un enfoque más incluyente y plural en temas como el acceso a la justicia, los derechos humanos y la protección del territorio.

Este acontecimiento se da en un contexto donde los pueblos indígenas, que representan alrededor del 15% de la población mexicana, han sido históricamente excluidos de los espacios de poder. Diversos sectores sociales y académicos han señalado la importancia de este momento como un hito que podría marcar el inicio de una transformación más profunda en la estructura institucional del país.

Reacciones y expectativas

Organizaciones indígenas y de derechos humanos han aplaudido la decisión, destacando que “por fin, el rostro de la justicia mexicana se asemeja más al rostro del país”. En redes sociales, las etiquetas como #JusticiaParaTodos y #OrgulloIndígena se han viralizado.

Desde el ámbito judicial, magistrados y ministros han reconocido la trayectoria de Aguilar Ortiz y se han comprometido a respaldar su gestión en una etapa que se anticipa desafiante, especialmente en temas de independencia judicial, reformas constitucionales y ampliación de los derechos colectivos.

Un nuevo rostro para la justicia

La llegada de Hugo Aguilar Ortiz a la presidencia de la SCJN no solo envía un mensaje poderoso de inclusión y reconocimiento, sino que podría convertirse en una plataforma para repensar el papel del derecho en una nación pluriétnica como México.

Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta del país, ha dado un paso más en su agenda de transformación social, subrayando que la diversidad y la justicia pueden —y deben— encontrarse en las más altas esferas del poder.

El reto ahora será que este gesto simbólico se traduzca en cambios sustantivos para millones de personas que, como Aguilar Ortiz, provienen de comunidades que han esperado demasiado tiempo para ver la justicia reflejada en sus propios términos.

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